viernes, 3 de diciembre de 2010

Evidencias contra tesis de suicidio en caso Digna Ochoa


El procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, ha cerrado el caso del asesinato de la abogada Digna Ochoa con la inverosímil tesis del suicidio, diciendo que se basaron en peritajes sicológicos.

Sin embargo, existen en el expediente evidencias técnicas y científicas que contradicen este absurdo argumento, como los primeros dictámenes periciales en criminalística de los peritos de la propia procuraduría, en los cuales se determinó que los tres disparos que se hicieron en el lugar de los hechos (uno en el sillón, otro en la pierna y el tercero en la cabeza de Digna) los había hecho el asesino.

El primero, para amedrentar o intimidar a la víctima; el segundo para inmovilizarla y el tercero para ejecutarla, con un disparo de contacto, como es usual en este tipo de situaciones. Según el citado dictamen del primer equipo investigador de la procuraduría capitalina, participaron por lo menos tres sicarios.

Asimismo, entre muchas otras evidencias, están el polvo blanco esparcido en la escena del crimen, los guantes rojos llenos de ese polvo y colocados postmortem en las manos de Digna, la pistola encontrada bajo su cuerpo y no en su mano, si realmente ella hubiese disparado.

Después de nueve años, no obstante el cambio de gobierno y de procurador, siguen sosteniendo la tesis del suicidio basadas en argumentos pueriles y subjetivos, contrarios a las evidencias científicas y técnicas del homicidio, que son múltiples.

Sin embargo, el jefe del gobierno y el procurador deben saber que “nada de lo que se verifica se pierde para la historia” de acuerdo con Walter Benjamin.

Por el Bufete Jurídico Tierra y Libertad, AC, Bárbara Zamora y Santos García